El domingo 28 de mayo de 2023 quedará grabado en la historia de Agustín Canapino como el día en que se convirtió en el cuarto argentino en correr las prestigiosas 500 Millas de Indianápolis, y el primero en hacerlo en 83 años. El piloto de Arrecifes mostró su destreza al desempeñarse de manera destacada en la carrera más importante de los Estados Unidos, llegando incluso a posicionarse en el tercer lugar. Sin embargo, en el penúltimo relanzamiento, un desafortunado accidente lo obligó a abandonar la competencia.
La jornada comenzó de manera prometedora para el Titán de Arrecifes, quien logró ganar cinco posiciones gracias a sus habilidades de sobrepaso. Para la vuelta 33, Canapino se encontraba en el puesto 15, beneficiado por las primeras detenciones en boxes que generaron cambios en la clasificación. En ese momento, el piloto también hizo su parada para cambiar neumáticos y repostar combustible. Su equipo, Juncos Hollinger Racing, realizó una labor impecable, completando la tarea en tan solo 7,8 segundos.
Sin embargo, no todos los competidores tuvieron la misma suerte en sus detenciones iniciales. Un claro ejemplo fue la piloto local Katherine Legge, quien aceleró demasiado con los neumáticos fríos, sufriendo un despiste en la calle externa de los boxes y estando a punto de atropellar a uno de los mecánicos. Posteriormente, Legge se vio obligada a abandonar la carrera en la vuelta 45 debido a fallas mecánicas en su vehículo.
Mientras tanto, Canapino regresó a la pista en la posición 26, justo detrás de su compañero de equipo, el piloto inglés Callum Illot. Realizó su segunda parada en boxes en la vuelta 67 y, al llegar a la vuelta 80, el arrecifeño logró situarse en el puesto 25, alcanzando un promedio de velocidad de 352 kilómetros por hora, rozando los 360 km/h de velocidad máxima.
Dado que la competencia consta de 200 vueltas y más de tres horas de duración, la estrategia se convierte en un factor crucial. La carrera se convierte en un verdadero juego de ajedrez en el que es fundamental controlar el consumo de combustible y el desgaste de los neumáticos para minimizar las paradas en boxes y el cambio de neumáticos. En ese sentido, Canapino y su equipo supieron esperar pacientemente su oportunidad.
Es importante destacar que en la IndyCar se utilizan los mismos chasis, en este caso el Dallara IR18, y lo que diferencia a los vehículos son las motorizaciones, siendo Honda y Chevrolet los proveedores. Ante esta igualdad técnica, los equipos trabajan arduamente en la configuración del chasis y en la optimización de la suspensión y la aerodinámica para lograr una mayor velocidad y rendimiento. En este escenario, el manejo del piloto se convierte en un factor determinante para marcar la diferencia en la pista.
Llegando a la mitad de la carrera, se produjo la primera bandera amarilla debido al accidente del debutante estadounidense Sting Ray Robb, quien perdió el control de su auto en una de las curvas y chocó contra el muro. Afortunadamente, el piloto no sufrió lesiones graves, pero los daños en su monoplaza lo dejaron fuera de competencia.
Durante la neutralización de la carrera, todos los corredores realizaron su tercera parada en boxes. Sin embargo, ocurrió algo insólito cuando el neerlandés Renus VeeKay, al regresar a la pista, realizó una maniobra similar a la de Legge, provocando un choque con el español Alex Palou, poleman y uno de los principales favoritos para la victoria. A pesar del incidente, ambos pilotos lograron continuar en la carrera. Un hecho similar ocurrió entre los compañeros de equipo en Andretti Autosport, el francés Romain Grosjean y el local Colton Herta.
En el relanzamiento de la carrera en la vuelta 104, Canapino se encontraba en la posición 26, pero no perdió la calma. Aunque es un debutante absoluto en la IndyCar, con sus 33 años de experiencia en automovilismo y 15 títulos nacionales, se mostró sereno y decidido a enfrentar el desafío.
El piloto argentino tampoco se dejó afectar por la penalización que recibió por exceder el límite de velocidad dentro de los boxes en una de sus paradas. La sanción consistió en pasar por los boxes sin detenerse. Después de la penalización, Canapino logró avanzar dos posiciones y, con 70 vueltas restantes, se encontraba en el puesto 24.
Más allá de su talento y su impresionante actuación en el desafío más importante de su carrera deportiva, la clave del éxito de Canapino radicó en su fortaleza mental. Supo reconocer sus límites y no se arriesgó en situaciones innecesarias, como en el intento de adelantamiento del brasileño Hélio Castroneves.
Las 500 Millas de Indianápolis son conocidas por ser la carrera más rápida del planeta, en la que cualquier piloto puede cometer errores, como le sucedió al propio Grosjean, con una década de experiencia en la Fórmula 1. El piloto francés sufrió un accidente en la vuelta 150 que resultó en otra neutralización de la carrera. Ante esta incidencia, la mayoría de los competidores regresaron a los boxes.
En el reinicio de la carrera, Canapino mostró un ritmo impresionante y logró ganar dos posiciones. Sin embargo, fue golpeado en la rueda trasera izquierda por David Malukas. A pesar del impacto, Agustín logró controlar su auto y mantenerse en la pista. De hecho, a falta de 23 vueltas y después de una nueva ronda de paradas en boxes, Canapino llegó a estar en el tercer lugar de la clasificación.
En el tramo final de la carrera, se produjo un accidente espectacular. El piloto sueco Felix Rosenqvist chocó contra el muro, dañando la suspensión delantera de su automóvil. Quedó cruzado en una curva y fue impactado por el estadounidense Kyle Kirkwood, quien luego chocó contra el muro y volcó. Kirkwood recibió atención médica y fue trasladado al centro médico del circuito. Este incidente marcó la tercera neutralización de la competencia.
En el siguiente relanzamiento, Canapino tuvo que ingresar a boxes para repostar combustible, ya que solo le quedaba suficiente para dos vueltas y aún faltaban diez. Al regresar a la pista, se encontraba en la posición 17 y demostró un buen ritmo. Sin embargo, al tratar de evitar el automóvil dañado de Simon Pagenaud, sufrió un trompo de 360 grados, golpeando su automóvil y dañando la dirección. Canapino continuó unos metros, pero luego chocó contra el automóvil del mexicano Pato O’Ward. Agustín salió del auto por sus propios medios y también fue trasladado al centro médico del circuito para una evaluación de rutina.
Agustín es el primer argentino en competir en las 500 Millas de Indianápolis en 83 años. Martin de Álzaga Unzué y Raúl Riganti fueron los pioneros y compitieron en 1923 con Bugatti Type, pero abandonaron debido a problemas mecánicos. Riganti regresó en 1933 y finalizó en el puesto 14 con un Chrysler, mientras que en 1940 sufrió un accidente con una Maserati. Juan Antonio Gaudino también participó en 1932, pero abandonó debido a una falla en el embrague de su Chrysler. En 1958, Juan Manuel Fangio no pudo competir debido a la falta de un vehículo adecuado en su Kurtis Kraft 500G Offenhauser. Carlos Alberto Pairetti también intentó competir en 1970 con un Drake-Offenhauser, pero enfrentó dificultades.
En cuanto a la lucha por el liderato, los protagonistas fueron O’Ward, Rosenqvist, Josef Newgarden y Santino Ferrucci de Estados Unidos, así como Takuma Sato de Japón. Durante varias vueltas, estos pilotos se alternaron en la primera posición, al igual que Palou, quien se retrasó después del incidente en los boxes. En el momento del accidente de Canapino, Newgarden se encontraba liderando la carrera. La competencia se detuvo con una bandera roja. Después del último relanzamiento, el sueco Marcus Ericsson estaba en la primera posición, pero Newgarden aprovechó la succión detrás de Ericsson y lo superó en la última vuelta por una diferencia de 97/1000, logrando así su primera victoria en esta emblemática carrera.
Conclusión:
A pesar del resultado adverso, la participación de Agustín Canapino en las 500 Millas de Indianápolis fue histórica para el automovilismo argentino. Demostró su talento y temple en una carrera desafiante, enfrentando a pilotos experimentados y situaciones adversas. Su actuación destacada y su capacidad para adaptarse rápidamente a la categoría IndyCar son un testimonio de su habilidad como piloto.