En un momento de auge de la inteligencia artificial, donde la tecnología está causando la misma expectación e incertidumbre, llega una buena noticia al otro lado del Atlántico: un robot realizó con éxito un trasplante de pulmón en el hospital español Val d’Hebron sin apenas intervención. ¿Dónde están las principales ventajas? En este caso, la incisión tradicional de 30 cm se redujo a 8 cm en base a las ventajas de la tecnología robótica. Como resultado, los pacientes que se someten a cirugía enfrentan un riesgo reducido de dolor y dolor postoperatorio.
«Este es un avance histórico que mejorará la calidad de vida de muchos pacientes», dijo el equipo responsable del avance científico en una rueda de prensa en Barcelona. Concluyeron: «Esta nueva tecnología podría marcar un cambio de antes y después en la historia de los trasplantes».
Aunque la primera persona que se someta a este procedimiento solo necesitará un pulmón, en los próximos meses será posible realizar una cirugía de doble pulmón sin molestias. Por el mismo agujero por el que está entrando actualmente un cuerpo, dos pueden hacer lo mismo. Este aspecto es crítico en este tipo de intervenciones, pues si bien entienden la importancia de minimizar el impacto, no saben cómo obtener órganos enfermos y colocar sanos de una forma menos invasiva. El procedimiento tiene un solo paso manual: una incisión de 8 cm en la zona subesternal.
A partir de ahí, el robot realiza acciones y responde a las órdenes del médico. Primero, se aprovecha la elasticidad de la piel y se abre el orificio con un espaciador de plástico. Se extrae el pulmón enfermo, y en etapas posteriores se va introduciendo un pulmón sano y encogido (ya que es un órgano bastante grande) hasta conseguir el éxito. En el tercer momento, los brazos de la delicada máquina estaban en acción, separando simultáneamente el corazón de los pulmones y guiando las cámaras e instrumentos médicos a través de un pequeño orificio en la cavidad torácica. De esta forma, operaciones que hace tan solo unos años eran invasivas y agresivas (tradicionalmente la apertura de la cavidad torácica y la separación de las costillas) se han vuelto muy manejables gracias al nuevo robot. Antecedentes de eventos similares se pueden encontrar en el trasplante realizado en el Hospital Cedars-Sinai (Los Ángeles, EE. UU.), aunque se trata de un trasplante parcial.
El protagonista de la operación es Xavier (español, 65 años), a quien en 2007 le diagnosticaron fibrosis quística de los pulmones, lo que afectó paulatinamente a su normal estado de salud. Aunque había dejado de fumar, su estado seguía deteriorándose por falta de oxígeno. Ante esta situación, el equipo médico del Hospital de Catalunya le permitió aceptar esta nueva operación y se ganó la confianza de los pacientes. “Sopesé los pros y los contras y lo acepté. Confío plenamente en estas máquinas porque reducen el error humano”, dijo al diario español El País. Xavier, electricista industrial, admite que simpatiza con “el poder de las máquinas”.
La noticia se extendió por todo el mundo gracias al trabajo de los médicos españoles, que tienen la tarea de utilizar una tecnología que reduzca el impacto físico en los pacientes y abra un amplio abanico de aplicaciones de la robótica en la industria sanitaria. Según el propio testimonio de Xavier, el dolor no solo disminuyó, sino que «no se sintió» de inmediato.
El efecto secundario positivo de esta intervención más segura y menos dolorosa puede reducir el uso de opioides y casi reemplazar al paracetamol. Además, los pacientes pueden salir antes de la unidad de cuidados intensivos debido a una curación más rápida de las heridas. Desde una perspectiva de salud pública, esto es una ventaja porque libera espacio para quienes también lo necesitan. Aunque actualmente la inteligencia artificial y la robótica avanzan a pasos agigantados, lo cierto es que los avances en el campo de la medicina acumulan décadas de experiencia.
En 2021, la intervención mínimamente invasiva fue realizada en Nueva York por el cirujano francés Jacques Maresco. Usando el robot Zeus, extrajo la vesícula biliar de un paciente de 68 años en Estrasburgo en solo 45 minutos.