El fallecimiento de un joven trabajador del área de recolección de residuos en Rafaela ha llevado a la Municipalidad a anunciar la cancelación del servicio de recolección nocturno y de la mañana del día siguiente. El joven, identificado como Andy Argañaraz, perdió la vida como consecuencia de un accidente laboral, lo que ha generado un duelo profundo en su familia, amigos y compañeros de trabajo.
Detrás de este incidente, se esconde una historia que enfrenta nuevamente al Sindicato de Empleados y Obreros Municipales con la Municipalidad de Rafaela. En febrero de este año, Andrés, de solo 23 años, se lesionó la rodilla mientras brindaba el servicio de recolección domiciliaria, lo que en un principio pareció ser un raspon. Sin embargo, la evolución de su lesión no fue buena, y después de varias curaciones, una punción arrojó un resultado de acepticemia.
En este artículo, analizaremos el incidente y la tensión entre el gremio y el Ejecutivo de Rafaela, así como las implicaciones para la seguridad laboral en el área de recolección de residuos.
La historia detrás del accidente de Andy Argañaraz
Un accidente común en el área de recolección de residuos
El trabajo de recolección de residuos es una tarea fundamental para el mantenimiento de la ciudad, pero también es una actividad peligrosa. Los trabajadores en esta área tienen que lidiar con residuos tóxicos, objetos afilados y vehículos en movimiento. Por esta razón, es fundamental que se tomen medidas para garantizar la seguridad de los trabajadores.
La falta de botiquines de emergencia
Desafortunadamente, el incidente de Andy Argañaraz pone en evidencia una serie de fallas en la seguridad laboral de los trabajadores de la recolección de residuos. Según lo publicado por el diario Castellanos, los camiones recolectores no tienen botiquines de emergencia de primeros auxilios, lo que dificultó la atención inmediata de la herida de Argañaraz. Además, según el informe, la falta de botiquines se debe al robo de los mismos.
La disconformidad con las actuaciones médicas
Los delegados municipales analizaron el desenlace trágico del accidente de Argañaraz y quedaron muy disconformes con las actuaciones del médico municipal y de la ART. A pesar de que se realizaron curaciones en fechas posteriores al accidente, la evolución de la lesión no fue favorable, y finalmente, una punción arrojó un resultado de acepticemia.