En una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos, el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, hizo hincapié en la necesidad de regular la Inteligencia Artificial (IA) como medida fundamental para limitar los riesgos asociados al uso de esta tecnología. Altman, quien encabeza la compañía responsable del desarrollo del modelo conversacional ChatGPT, declaró ante el Subcomité Judicial del Senado sobre Privacidad, Tecnología y Derecho.
Altman, un destacado empresario de 38 años que se ha convertido en una de las principales figuras de Silicon Valley, afirmó que la intervención regulatoria de los gobiernos es crucial frente a la creciente potencia de los modelos de IA. Según sus palabras, es fundamental que la IA más potente se desarrolle teniendo en cuenta valores democráticos, y destacó el papel determinante del liderazgo de Estados Unidos en este sentido.
El senador Richard Blumenthal, presidente del subcomité, subrayó los peligros de la IA en su comentario de apertura, utilizando el modelo ChatGPT y un software entrenado con su voz real para leerlo. De esta manera, resaltó cómo las tecnologías de IA ya no son meras fantasías de ciencia ficción, sino una realidad tangible.
Altman compartió su peor temor en relación a esta tecnología: su posible mal uso y las consecuencias negativas que ello podría acarrear. Enfatizó que si algo sale mal con la IA, los resultados pueden ser desastrosos. Durante la comparecencia, Altman estuvo acompañado por Christina Montgomery, ejecutiva de IBM, y Gary Marcus, profesor emérito de la Universidad de Nueva York.
Los legisladores, en conjunto con los expertos, debatieron sobre la necesidad de regular los sistemas informáticos que podrían «destruir literalmente nuestras vidas», según las palabras del senador Lindsey Graham. Si bien el Congreso de Estados Unidos ha discutido periódicamente la regulación de Internet para proteger la confidencialidad de los datos y promover una mayor competencia, las divisiones políticas han obstaculizado en gran medida los proyectos de ley relacionados con el tema.
La denominada IA generativa, desarrollada por OpenAI, Microsoft y Google, ha planteado el desafío de la regulación tecnológica, ya que se teme que pueda tener un impacto significativo en numerosas profesiones y provocar una disminución masiva de empleos.
Durante la comparecencia, se abordaron aspectos como los algoritmos sesgados y la propagación de información errónea, que se vuelven cada vez más sofisticados con el avance de la IA.
Altman recordó que, aunque OpenAI es una empresa privada, está controlada por una organización sin fines de lucro, lo que implica que su objetivo es trabajar para una distribución amplia de los beneficios de la IA y maximizar la seguridad de los sistemas basados en esta tecnología.
El empresario propuso la creación de una agencia federal reguladora, tomando como ejemplo el caso de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). Sin embargo, se hizo hincapié en que esta agencia debería contar con suficientes recursos y experiencia científica
para poder cumplir efectivamente con su función. Altman advirtió que la regulación en sí misma también conlleva riesgos, ya que si la industria estadounidense se queda rezagada, otros países como China podrían avanzar más rápidamente en el desarrollo de la IA.
Además, Altman enfatizó la importancia de que las medidas regulatorias no obstaculicen la investigación independiente, sino que se enfoquen principalmente en las empresas dominantes del sector.
En conclusión, la comparecencia de Sam Altman ante el Senado de Estados Unidos pone de manifiesto la necesidad urgente de regular la Inteligencia Artificial. Altman destacó los riesgos asociados con el mal uso de esta tecnología y subrayó la importancia de desarrollar la IA con valores democráticos. Si bien la regulación plantea desafíos, es fundamental para salvaguardar nuestra sociedad y maximizar los beneficios de la IA. Con una agencia federal regulatoria adecuada y el liderazgo de Estados Unidos, se podrán establecer medidas efectivas que fomenten el desarrollo seguro y ético de la Inteligencia Artificial.
para poder cumplir efectivamente con su función. Altman advirtió que la regulación en sí misma también conlleva riesgos, ya que si la industria estadounidense se queda rezagada, otros países como China podrían avanzar más rápidamente en el desarrollo de la IA.
Además, Altman enfatizó la importancia de que las medidas regulatorias no obstaculicen la investigación independiente, sino que se enfoquen principalmente en las empresas dominantes del sector.
En conclusión, la comparecencia de Sam Altman ante el Senado de Estados Unidos pone de manifiesto la necesidad urgente de regular la Inteligencia Artificial. Altman destacó los riesgos asociados con el mal uso de esta tecnología y subrayó la importancia de desarrollar la IA con valores democráticos. Si bien la regulación plantea desafíos, es fundamental para salvaguardar nuestra sociedad y maximizar los beneficios de la IA. Con una agencia federal regulatoria adecuada y el liderazgo de Estados Unidos, se podrán establecer medidas efectivas que fomenten el desarrollo seguro y ético de la Inteligencia Artificial.